Las finanzas personales son un tema importante para todos porque su buena gestión determina, en parte, nuestra calidad de vida. Mantener el control sobre tus finanzas es una tarea que requiere planificación, tiempo, disciplina y organización. Si logras vivir sin agobios financieros, también se reducirá tu nivel de estrés.
Se trata de un tema que estará presente a lo largo de toda tu vida. De esta manera, tu objetivo debe ser alcanzar la solvencia monetaria. Es decir, tener finanzas saludables para no llegar siempre justo al final de cada mes y así poder ahorrar.
Aunque puede parecer una tarea muy difícil, en realidad no lo es. En este texto te presentamos algunos consejos muy útiles y sencillos para lograrlo.
Para poder hacer compras inteligentes y planificar en qué gastarás y en qué ahorrarás, lo primero que debes hacer es fijar objetivos financieros.
Por ejemplo, si tu meta es comprar un auto o salir de vacaciones, en función de esos objetivos debes organizar tus finanzas. ¿Cuál es la mejor manera? Crear un plan financiero. Esto no es más que una hoja de ruta que incluye una lista de los gastos por categorías y los recortes que pueden hacerse.
Este plan financiero puede ser individual o familiar, según sea el caso. Por eso, todos los participantes se deben comprometer para cumplir cabalmente los acuerdos. De esta forma se podrá lograr la meta en común.
En este sentido, es fundamental que se establezca un presupuesto. Lo más recomendable es realizarlo anual en vez de mensual. Así como hacer un registro de los ingresos y los egresos para saber cuánto dinero entra y sale del flujo de efectivo.
En caso de que el objetivo sea comprar un carro es necesario elegir el que mejor se ajuste a las necesidades de la persona o el grupo familiar. También, tener en cuenta el uso que se le dará cotidianamente y el presupuesto disponible.
Si ya tienes auto, una excelente recomendación es pagar los impuestos y los seguros de forma anticipada para así aprovechar los descuentos por pronto pago. Esta es una manera de aliviar los gastos asociados al mantenimiento de un vehículo. Aunque requiere que se tomen las previsiones para tener el dinero disponible en el momento indicado.
Hay algunas actividades cotidianas que pueden ayudar al ahorro y a mejorar tus finanzas personales:
Hacer este tipo de actividades puede representar un gran ahorro en el presupuesto mensual. Además, pueden ayudarte con tus finanzas personales.
Tener una cultura de ahorro te puede ayudar a cumplir con mayor facilidad las metas que te fijes. Una manera sencilla de ahorrar es destinar un porcentaje mensual del total de tus ingresos a un fondo de reserva: puede ser entre un 15 % y un 20 %. Lo más importante es no utilizar ese dinero a menos que se presente una situación real de emergencia.
Lo ideal es tener un colchón de tranquilidad que permita cubrir los gastos fijos por lo menos por 1 año. De esta forma, podrás vivir cómodamente y sin preocupaciones económicas por este período mientras buscas nuevas fuentes de ingreso.
Otra clave es no gastar más de lo que se gana. Si los gastos superan los ingresos es necesario hacer ajustes para gastar menos o tener otras formas para obtener dinero.
Si lo que quieres es tener mayores ingresos, lo que debes hacer es diversificar las fuentes e ir aumentándolas paulatinamente. Esto se traduce en mantener una fuente básica de ingresos a través de un trabajo fijo y otras más a partir de proyectos puntuales o ingresos pasivos.
Otra alternativa es hacer inversiones. Actualmente existen muchos negocios en los que puedes invertir. Independientemente del que elijas, ten presente que debes investigar a fondo todos los detalles para que la inversión sea segura.
En algunos casos el capital que se requiere puede ser muy bajo, por lo que es posible recuperarlo a corto plazo. Además, que podrás comenzar a recibir ganancias. En otros no, todo dependerá del tipo de negocio. Sin embargo, en cualquier caso, invertir es una forma de multiplicar el dinero que tienes de manera sostenible.
Los gastos innecesarios pueden parecer pequeños o poco relevantes pero, si son muchos, pueden afectar significativamente tus finanzas personales. Por ello, debes aprender a gestionarlos y evitarlos la mayor parte del tiempo.
Un ejemplo común para entender este punto es el siguiente: estás buscando hacer alguna actividad física y hay un gimnasio muy cerca de tu casa. A pesar de que quieres inscribirte, sabes que no podrás asistir ya sea por actividades de trabajo o personales, o porque no te gusta.
En ese caso, la alternativa más inteligente sería inscribirte solo en las clases que puedas y quieras hacer, en vez de pagar la matrícula completa.
Por otro lado, el crédito es una herramienta muy útil pero también puede convertirse en un arma de doble filo. Por esta razón, si tienes tarjetas de crédito debes utilizarlas correctamente. Muchas personas caen en el error de hacer compras cotidianas con ellas y olvidan los intereses que deben pagar luego.
Una buena opción es que uses efectivo para los gastos diarios y dejes el crédito para verdaderos imprevistos o para pagar las cuentas al final del mes. Y si tienes deudas, trata de pagarlas lo antes posible. Evita caer en impagos que generan más deuda con el paso del tiempo.
Todas las recomendaciones y los consejos expuestos en este texto pueden ayudarte a mejorar tus finanzas personales. Al final, la clave es que apliques buenos hábitos financieros para alcanzar la estabilidad y tranquilidad que necesitas.